Unos 15 días. Eso es lo que tardó la embajada de Nigeria en darme un visado para poder cruzar por su país. La aptitud de la chica que trabajaba allí… digamos que era bajuna. Mal educada, prepotente… estúpida finalmente. No os imaginéis que las embajadas de esos países por Africa son sucias y mezquinas como quien trabajan en ellas… para nada. Un amplio lugar con su recibidor, jardín y lo que no te dejan ver… pero luego tienes que tratar con aquella señora de dudosos modales. Llegó a simular que me tiraba un moco. Yo solo pude reírme. Me gritaba con su ingles ortopédico para que la entendiese. Le tuve que decir que no estaba sordo, simplemente que no entendía su extraño inglés. Uno de los días que me encontraba en la sala de espera, comenzó a gritarme delante de los asistentes con un volumen proporcional al de su amplio culo y sus ojos saltones. Una de los asistentes, era una guapa nigeriana con la cual estuve hablando anteriormente, así que le pregunte delante de la foca “¿Perdone, puedes decirme que quiere decir esta “gran” señora?
Dice que dejes la documentación en la puerta y que ya te llamarán.
¿Ves que fácil es?… Le dije a mi archienemiga…. Mientras me dirigía a la puerta, le dije en voz alta, como ella me había intentado ridiculizar anteriormente, que me iba a echar de menos porque no tendría a quién gritar, guiñé un ojo y le tiré un beso después de dedicarle una amplia sonrisa. Los asistentes respondieron con risas… ella me sonrió y me perdí por la puerta.
Luego una entrevista con un señor que me miraba como si mirase una mierda mientras me decía que NO, que yo no pasaría por SÚ país.
¿Cuales son tus intenciones para entrar en mi país?
Pasar lo más rápido posible
¿Lo más rápido posible? ¿Por qué?
Porque me da miedo
¿Por qué te da miedo? Los terroristas están en Europa, no son mi pueblo.
Yo no hablo de terrorismo señor, hablo que según unas estadísticas es el país más inseguro del mundo después de Irak, y eso da miedo
No vas a pasar por mí país.
Pues muy bien, yo pillo un vuelo y mañana estoy en España y eso que me ahorro, pero le digo una cosa… este viaje es seguido por 3 millones de personas en todo el mundo y se va al traste porque Nigeria no me da ni el visado ni la oportunidad de ver con mis propios ojos lo que hay dentro y eso está en sus manos y una cosas más. En España tratamos a la gente con respeto y educación y si no es así habláis de derechos.

El tipo se quedó cuadrado. Creo que pensaba que me iba a arrastrar o simplemente a llevar un disgusto que me iba a estremecer en directo para él y sus cuatro paredes de aquel gran despacho. Una polla. Me alegré, lo reconozco. Era la excusa perfecta para saltarme aquel país de tan mala fama. Había oído solo experiencias malas. Oído, leído y visto en televisión. A tomar por culo. En dos días con suerte estaba en casa. Pero en el último momento y aún con la sonrisa en mi rostro y mi pasotismo… “Bueno… podemos hacer algo. Tráeme una carta de tu embajada, aféitate y ya está”
Lo dicho… entre tocar la moral por aquí, disfrutar puteando por allá…. 15 Dias hasta que sentí la libertad. Gracias a un amigo que por sorpresa me ingresó 1000€ con el concepto “Coge un vuelo y vente pa’ ca” Pude pagar el hotel que barato no era, pero que al estar mi pasaporte en la embajada, me veía obligado a permanecer en el. La comida, gracias a unos chicos que estuvieron en el Hotel, me enseñaron lugares cercanos y muy baratos. Por 3,5€ tenía un platazo de arroz con pollo o cerdo. Aún así, aquel visado entre pitos y flautas se esfumaron 400€ incluyendo cambio de aceite y 4 litros extras para el viaje.

Volé dirección frontera. Tras 750 kilómetros y bajo la lluvia llegué a Bemenda. Al otro día y tras saberme el mapa después de mirarlo una y otra vez, realicé el tramo que más temía. La frontera de Camerún con Nigeria. La embajada española lo marca en rojo por posible zona de secuestros. Yo los que por allí vi me saludaban sonrientes. Un policía se llevó 2€ y porque tenía unos billetes que serían inútiles una vez cruzada la linea.
En la frontera, la policía y los militares Nigerianos me trataron de maravilla. Simpáticos y alucinados con mi viaje, reían asombrados entre ellos. Hablamos de futbol y de la pasión de uno de ellos por el Real Madrid. Rellené todos los papeles pertinentes y en un plis plas ya estaba en territorio Nigeriano.

Estaba en ese momento. En ese momento en que te enfrentas a tus miedos. En ese momento en que es realidad lo que estas viviendo. Ese momento en que respiras hondo y tienes que estar atento a todo sin perder la concentración. Espejos que miran tras la nuca… una y otra vez. “Todo irá bien, tranquilo” suena en el interior del casco. El plan plan preestablecido era ir a Calabar donde me esperaba una persona de Couchsurfing y poder dormir gratis en su casa. Pero al llegar a la primera ciudad de Nigeria, Ikom, una tromba de agua reorganizó los planes. Lo primero que tenía que hacer era sacar dinero. Encontré un banco preguntando a unos chicos que como yo, se refugiaban de la lluvia bajo el techo de una gasolinera. Le gente me miraba y sonreía. Aquella moto con una tabla de surf no dejaba indiferente a nadie. En el Banco, la gente preguntaba que de donde venía y dónde iba. Alucinaban a medida que todas esas versiones de te mataran iban disipándose. Finalmente decidí buscar un lugar donde dormir en aquel pueblo fronterizo con lo que ello conlleva. Encontré uno de los baratos. 12€. La puerta estaba forzada e inspiraba cualquier cosa menos tranquilidad. Conocí a unos chicos y nos bebimos una cuantas de cervezas hasta que me fui a hurtadillas a dormir, mientras dos discutían llegando a las manos en aquel tumulto de gente que se convirtió el hotel al anochecer. No descansé, la verdad. dormí pero me era prácticamente imposible descansar. Gente pasaba por la ventana hablando desde las 4 de la madrugada que comenzaba la vida para los demás y no para mi que aún era de noche.
Sobre las 6 de la mañana y bajo la lluvia me puse en dirección Benin City, una ciudad antes de llegar a Lagos donde me esperaba Toyin, un conocido de internet que me ayudó con una carta de invitación. Pedí disculpas a mi contacto en Calabar por dejarlo tirado e hice esta ruta recta… pero no paré en Benin City. Llegue muy temprano y decidí llegar directamente a Lagos, ultima gran ciudad de mi ruta y donde, tras llamar a Toyin, me dio encuentro antes de llegar a la gran ciudad. Toyin es una de esas personas que brillan por si solas. Una gran sonrisa y un “¡Estas loco!” Al verme en mi minúscula moto entre tantos coches y después de casi 800 kilómetros recorridos.

Me llevó a un Hotel. Hotelazo. Impresionante. Me había despertado en un hotel de mala muerte y de repente me llevó a un lugar cuya noche costaba 250 Dólares. El precio lo supe el segundo día que movido por la curiosidad tuve que preguntar. Le dije que no necesitaba tanto, que se había pasado. El siempre respondía que yo era su invitado. Creo que nunca podré estar a ese nivel. Mientras íbamos en el ascensor le conté lo que había visto en mi fugaz trayecto cruzando su país. Al pasar por Onitsha, mejor dicho, tras cruzarla, mientras iba rodando plácidamente por un buen asfalto, aunque a veces traicionero, vi algo tendido en la cuneta. Pensé que era un cerdo muerto, pero a medida que me acercaba, aquello fue tomando forma de lo que realmente era… Un hombre tendido sobre un gran charco de sangre perecía como un perro más que adornan las carreteras del mundo. “Fernando eso es un muerto” exclamé. Pensé en parar por si aún tenía vida y poder llamar a la policía… pero sinceramente, no tuve valor de ello. Aquello me dió vueltas en la cabeza y duró varios días.
Bufet libre en el desayuno y la cena. Imaginaos. Mientras fuera había una realidad, aquella era otra burbuja más en la que me refugiaba y esta vez a altos niveles. En el hotel había muchos blancos. Tripulantes de compañías aéreas y gente de negocios… y el de la moto. Toyin me presentó a la familia y se ocupó en cada momento de que no me faltara de nada. Un lujo que me recibiera como lo hizo, pero si hay una segunda vez, le pediré que me lleve a un motel cercano.
Nuestro amigo Robiie de J-Bay buscó un contacto en Nigeria para que me llevase a surfear y eso hicimos antes de cruzar la frontera a Benin y Togo.
John, un nigeriano de origen italiano me esperaba en su recinto para ir a surfear. Toyin y su amigo me acompañaron en sus motos para que llegara perfectamente y facilitarme el camino.
John me llevó a un puerto, pillamos un bote y llegamos a una isla donde posee una casa justo en el pico. La idea era surfear la mañana y eso hicimos. Una ola de derecha muy rápida y seca difícil de surfear. Costó pero lo conseguí finalmente.
Ya en Lagos de vuelta me invitaron a una barbacoa con sus amigos y cenamos de maravilla… al otro día, Toyin me volvió a recoger y me acompaño a la frontera de Benin. Allí me esperaba un amigo suyo de inmigración para ayudarme con los trámites. Pasé Benin tras tener que pagar a la policía un dinero por un papel que se inventaron 5€ + 5€ Crucé Benín, y me encajé directamente en Togo. Allí me esperaba Justin, una chica de Lomé que contacté mediante Couchsurfing.
En la casa viven 3 personas y tienen una habitación de invitados en la cual descanso cada noche desde que llegué. Tras serme negada la visa de Ghana de muy malas maneras, saqué la de Burkina Faso, de tránsito y solo tres días, pero más barata. Espero no tener problemas con la de Mali y que me la hagan rápido.
Mañana mismo sigo… hay que ir rápido, que apenas queda dinero. Deséame suerte querido lector. SOIS MI GASOLINA.