Hoy me he levantado con ciertos matices de tristeza sin sentido. Quizás con cierta nostalgia o quien sabe si es simplemente una nube mental en medio de este desierto mental y real en el que me encuentro. Hoy me he levantado masticando un sueño. Un sueño tan real que me ha hecho recordar quien soy, de donde vengo y quien me espera. Mis hijos, mis padres, los amigos. Esta noche he estado sentado en el Palmar, la musica me abrazaba y el sol caía anaranjando el cielo, mientras la silueta enérgica de mi hijo creaba castillos de arenas.

Hoy ha sido el primer día, de algunos que pueden volver a llegar, en los que me pregunto porqué estoy aquí. Dos meses y doce días se pueden escribir rápido, disfrutar más rápido aún y sufrir lentamente. Este parón y estas circunstancias que han impedido que marchara a la costa a esperar por el posible visado de Angola, están haciendo que la rutina, como un cuchillo incandescente sobre mantequilla, me devore el alma. La liga se termina, los chavales se gradúan, series de verano, y conciertos. Facebook se llena de bañadores mientras aquí el invierno empieza a enseñar su frío abanico.

Mientras estas lineas escribo, me sano. Analizo que lo no estoy haciendo bien aunque esté a sólo un día de saber que pasará, ya que mañana me dirán si he pasado el primer filtro y único para Angola. Si me lo hacen, tendré que esperar probablemente una semana más… por lo tanto, volveré a entrenar, hacer mis ejercicios e ir a correr. Y sí, volveré al supermercado, compraré mi botella de agua y veré las chicas pasar sentado en un banco… y es que aquí en Windhoek hay poco que hacer cuando eres un tieso. Me sentaré y veré las chicas pasar y sus pelucas, la mayoría de las chicas negras las llevan. Imaginariamente les cambiaré el pelo a unas y a otras, creando opciones divertidas.

Hoy me he levantado con ciertos matices de tristeza sin sentido, pero cuando he terminado estas lineas, me he sentido la persona más afortunada del mundo. Porque estoy aquí como y cuando quiero. Porque elegí una aventura y no un turisteo. Y me siento feliz, muy feliz porque me ha tocado ser español, andaluz, gaditano y a veces humano, porque tambien me podría haber tocado ser un gato,un gato blanco, ser africano y tener esta cara… eso si que sería una putada.

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Gracias querido lector, ya que me haces escribir para que me puedas leer y así me curo cuando bajo a las cavernas a darme un paseo.

Mañana directamente te cuento que ha pasado con el visado de Angola. Y depende lo que me digan, veré lo que hago, porque una semana más aquí cambiando pelucas de modo imaginario y viendo culos perfectos que no puedo morder… no.

P.D Os dejo el resumen con fotos de lo que ha sido este viaje hasta Cape Town en la revista Moto1 Pro. Gracias!!