Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Es más, los lugareños de Strägnäs dicen que será imposible en estas fechas en las que nos encontramos. (Entrando en Octubre). Hoy es 26 de Septiembre y me encuentro de nuevo en casa de mi hijo. Salí el día 20 con la intención de iniciar esta aventura, pero a los 3 días de navegación tuve que desistir por un enorme aplastamiento del aburrimiento.
Como ya sabéis no tengo ni puta idea sobre esto del Kayak y lo que he podido aprender ha sido en dos clases exprés en San Fernando a manos de Jesus MT… y eso quizás me ha salvado de sustos mayores en estos días. Aprendí a manejar el Kayak sin timón con una técnica que consiste en ir levantando las caderas dependiendo de donde quieras dirigir el kayak y gracias a ello, el segundo día no volqué ante un enorme lago que azotado por el viento, hizo que sus aguas se convirtieran en una olla con agua hirviendo. ¿Por que digo que me salvó? Porque aún teniendo timón no lo podía utilizar y gracias a esa técnica salvé aquellos 2 kilómetros hasta que pude llevar a una orilla de una isla, que protegía el lago del viento.
¿Por qué hablo de aburrimiento?
Al no tener ni idea, pensé que era normal que a los 30 minutos el pie o incluso en alguna ocasión la pierna entera quedara dormida. Me dijeron que el Kayak era incómodo, por lo tanto lo tomé como algo normal y con ello, sería normal parar cada hora para poder estirar unas piernas que a veces dormidas, siempre doloridas parecían no poder aguantar más, produciendo una claustrofobia importante. “ Si esto es así, y hay que parar cada hora o incluso 40 minutos… me parece un puto coñazo” Tampoco me cabían los pies por allí abajo impidiéndome mover con facilidad el timón. La goma de la puntera se quedaba pegada al “techo” del kayak y no podía volver. Completamente agobiante. Imaginaos que os sueltan a 6 metros de profundidad dentro de un tubo con las piernas amarradas.
“Esto no puede ser normal” me decía una y otra vez. “Esto debe ser más divertido o si no la gente no alquilaría esto para estar una o dos horas por ahí dándose un paseo” Fueron unos 40 kilómetros los que hice de esta guisa, la distancia que hay desde Strägnäs a Södetälje por lagos. Al tercer día pensé que no merecía la pena una aventura tan lenta y torturadora.
La familia que vino a verme vio el gesto en mi cara. El frío aprieta ya por estos lares y un fuerte viento azotaba la escena. “Déjalo ya” dijo la madre de mi hijo al yo comentarle que me estaba aburriendo muchísimo y que con esa media de kilómetros al día, tardaría unos 9 meses en llegar a Cadiz. Ponía todo en la balanza y no tenía sentido. Dejamos el Kayak entre unos arbustos y nos venimos a la casa. La idea era pensarme si continuar o no con esta aventura. A la mañana siguiente decidí que era una jilipollez hacer algo que no me estaba divirtiendo.
Fuimos por el kayak y lo trajimos en la baca del coche de vuelta a casa. Al dejar la embarcación en el césped sentí un enorme frustración. Empezamos a bajar bolsas estanca que habían costado un dineral incluyendo lo que había dentro de ellas. Bajamos la pala que habían sido 140 euros, un chaleco 130 euros, el mismo kayak que costó 800 euros incluyendo el transporte, hornillo…. El sentimiento de estupidez me aplastó. Había gastado mucho dinero, incluyendo el que no tenía y ella me había prestado en algo que al final… no es que no me gustara, es que me aburría debido al sufrimiento que me causaba relantizando la aventura.
Recordé cuando Jesus me dijo que el kayak había que “calzarlo” y ponerlo según la fisionomía de cada persona. El mismo y siendo un profesional de esto, me dijo que tardó bastante tiempo en ponerlo a su medida, a sentirse cómodo en el y que una tarde lo sorprendieron quitando asiento y dejando el kayak vacío. Me limité a imitar el gesto. Me agaché y empecé a quitar las “Musleras”
Mi Kayak viene de una tienda de alquiler y ese tipo de musleras se utiliza para adaptar los kayak a los clientes. Mi sorpresa fue cuando efectivamente, las musleras que llevaba mi kayak y con el que había hecho 40 kilómetros eran para niños. ¿Cómo cojones no iba a ser incómodo? ¿Como cojones había podido hacer 40 kilómetros con eso? Pues sí… me dijeron que el kayak era incomodo y que había que adaptarse y el nivel de sufrimiento es relativo, directamente proporcional a la persona que lo sufre. ( Esa es una ecuación que me acabo de inventar pero creo que se entiende a lo que voy)
Le quité esos plásticos y siguiendo las instrucciones de Jesus MT, le puse “Foam” o esponja compacta donde yo necesitaba para tener el control con el Kayak y seguir teniendo movilidad con el mismo. ¡¡AHORA ES OTRA COSA!! Ahora puedo pedalear a la hora de palear, ahora caben los pies allí al fondo. Ahora puedo estar horas sin tener que bajarme, ahora estoy cómodo y ahora siento que no será tan aburrido.
Otra de las cosas importantes que he aprendido en estos días, es que con el neopreno no es suficiente. Mientras estas paleando puedes estar cómodo, pero una vez paras el frío tarda en llegar unos 5 minutos; vamos, que cuando se me estaba empezando a despertar la pierna, el frío llegaba ¿No va a terminar uno aburrido?
Lo peor son los desembarcos, sobre todo antes que con aquellas musleras me era muy muy difícil entrar y salir del kayak. Siempre terminaba con los pies mojados o incluso las piernas. Sea más fácil ahora o no que antes, por cojones, hay que llevar un traje seco. En esta aventura no bajas del kayak, te cambias rápido y te metes en el coche dirección a casa a tomar un baño caliente. Aquí te bajas del kayak y tienes que estar 15 minutos montando una tienda, cocinar y dormir a temperaturas Bajo cero.
Esta aventura iba a comenzar sobre el 15 de agosto. Estamos a 26 de Septiembre y todo cambia. En agosto apenas se hacía de noche y pronto apenas se hará de día. Las temperaturas y serán extremas y solo habrá unas horas para palear con seguridad y luz. Hay que aprovechar la luz y para ello hay que salir al amanecer con el frío que conlleva. Aún así, las distancias, al poder estar ahora más tiempo dentro del kayak, serán mayores y por lo tanto más dinámico y apartando el aburrimiento de un tortazo. Otra cosa que la experiencia en aventuras gélidas aprendí, es que las baterías duran muy muy poco o simplemente las funde, dejando de funcionar cámaras y lo más importante… el Spot y el teléfono con su GPS.
Pero bueno… así es la aventura y podría haber dado toda esta explicación como lógica excusa para aplazar la aventura para Mayo o Junio o simplemente para no hacerla. Pero no. Aún así lo intentaré. Tengo que reconocer que no sé lo que duraré ahora en el kayak, pero que el reto me la pone dura, mucho más que si en verano. Solo necesito ese traje que vale una pasta. Unos 800Euros. Pero mi cuenta es la siguiente: Si no lo compro no hay aventura y la ética y la lógica me dice que debo devolver el dinero a mis patrocinadores, comprar un vuelo y buscar un alquiler. Estar en una casa que se volverá monótona mientras escribo algo, cosa que puedo hacer en la aventura. Os he enrolado en todo esto, a vosotros, la cadena Ser y amigos. Buscaré algunos patrocinadores más (150 euros es lo que cuesta poner la publicidad y probablemente esté un año en la web, quizás más y en los videos. 12.5 euros al mes sale) para poder comprar ese traje y con el dinero del alquiler de mi casa y los libro que se hayan vendido lo compraré, esperaré que llegue y lo intentaré. Espero que pueda ser pronto o si no… se va a poner la cosa demasiado fea.
Durísima experiencia. Parece que estamos todos dentro de ese kayak. Ánimo desee Tenerife.
Muchísimas gracias!!!