La vida no es vida sin muerte como una fuente no lo es si no tiene agua. La vida es ese periodo de tiempo en el que nos paseamos por el mundo. La vida es injusta para los desafortunados como maravillosa lo es para los afortunados. La vida en si no entiende de clases sociales, ni de colores ni razas. La vida son momentos, la vida son detalles. La vida es un momento y hay momentos eternos como vidas. Una carretera. Unos viven su vida en carreteras plena de paisajes y curvas mientras otros deciden vivir en una monótona recta. La vida te enseña para luego dejarte.
La muerte es un manto oscuro que siempre llega. Cajones vacíos. La muerte es caprichosa y no entiende de clases sociales, ni colores ni razas. La muerte es un segundo que llega lastimando a otros. La muerte siempre sonríe a quien vive. La muerte puede estar en la esquina mañana o en otra parte del mundo sentada. Nadie sabe con exactitud cuando llegará la muerte, como nunca sabemos cuando llegaremos a este mundo.
No creo en dios. No creo en otra vida después de esta y me conformo con la que tengo exprimiéndola como la primera y la última. No me comporto para obtener la llave del reino. No cuento pecados, los colecciono. No vivo pensando en la muerte aunque cuando he paseado demasiado cerca de ella, ha sido cuando más vivo me he sentido. No creo en dios pero sí en las personas. He conocido a personas y personajes a lo largo de estos escasos treinta y tres años. Hay personas que te marcan de por vida. Hay personas que te marcan su muerte.
Querido Dav, ya hemos hablado de esto. Ya hemos hablado de dios, de la vida y de la muerte. Una cosa teníamos claro “Sólo tengo una jodida vida y voy a vivirla como quiero. No voy a vivir la rutina del resto de las personas; Nacer, estudiar, tener novia, hijos, jubilarme y jugar al golf antes de morir” A los dos nos llamaban locos por vivir así, cuando así no se hace daño a nadie. Sin engaños, simplemente lo que queramos engañarnos a nosotros mismos. La pasión por esa motos que de algún modo nos unió. La pasión por esas motos, nos ha separado. Estabas esperando que la nieve desapareciera en Edmonton para poder coger tu moto a diario. Tus dos hijos como las llamabas. Tu familia.
Te has ido para siempre. Allí en aquel garage se han quedado tus herramientas esperando, tus proyectos sobre un papel y aquel gran invento que ibas a realizar en unos años y que sólo yo conozco. En aquel garage nuestras risas y aquellas lecciones de vida. Los consejos y nuestras lagrimas en aquella despedida. Aquel proyecto de ir en verano a Alaska juntos.
Gracias por ayudarme con la moto, con mis hijos… en la vida. Gracias por aquellas risas. Gracias por darme las gracias. Gracias por los momentos vividos. Gracias por lo compartido. Gracias por lo vivido y gracias por lo matado. Te voy a echar de menos Dav como ya te echaba pero ahora sin esperanza por el reencuentro.
Estes donde estés… no dejes de ser como eres.
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Nadie va a morir por mi, así que a vivir…
… R.I.P. Dave
De veras lo siento.
Un abrazo.
Joer, qué bajón, era uno de los “personajes” más carismáticos que nos has contado en tus aventuras… 🙁
¿Cómo ha sido?
Un borracho lo tiró de la moto en su camioneta, cuando se dirigía a casa.
Así es la perra vida, unos os dais la vuelta al mundo sin haceros un rasguño, y otros mueren dn la moto mientras van a comprar el pan.
Me pregunto si después de tantos km, Fernando, es algo que te planteas cada vez que empiezas la jornada, o eres de los que prefieren ni pensarlo…
Pues desgraciadamente es el tercer amigo que muere mientras viajo… Es absurdo darle vueltas aunque sin duda, se te viene a la cabeza, pero no es una opción a tener en cuenta la de dejar de vivir. Soy consciente de los riesgos que lleva viajar como lo hago y quizás es lo que me gusta. También hay que saber que la mayoría de los accidentes ocurren volviendo a casa o en lugares que conocemos ya que inconscientemente sé baja la guardia. Esto ha sido un asesinato y puede ocurrir en cualquier parte del mundo. Sólo me queda recordarlos, como hago, cada kilómetro y así que de algún modo, viajen conmigo. Ya no se puede hacer nada… Ojalá, pero es absurdo machacarse.