Todos sabemos, que cuando estamos en una tienda frente a dos camisetas diferentes, pero preciosas las dos, la elección se convierte en una pequeña tortura y tambien sabemos que una vez salimos por la puerta del establecimiento, nos decimos… “joder, debería haber cogido la otra”. En mis viajes, a veces he echado de menos mi otra pasión; El Surf. He llegado a rincones donde las olas rugían pero la imposibilidad de alquilar una tabla por lo remoto del lugar, hacían que mirar semejante paisaje se convirtiese agridulce. Preguntad si queréis a un surfista, que se siente al ver unas olas perfectas y la tabla está en en casa. Da igual que te abrace tu novia viendo ese bonito atardecer… tu mente se esta cagando en todo por no tener a la querida contigo para poder andar sobre el mar.
En el siguiente viaje por Africa, siempre y cuando los accesos a las playas sean posibles y seguros… (y si no también) intentaré surfear en el mayor sitio de playas posibles. La idea es comprar una tabla de surf en Sudáfrica y adaptar la moto para poder portarla durante todo el viaje pudiendo así, mezclar mis dos pasiones. De este modo, no volveré a sufrir conduciendo por la costa y mis amigos surfistas también podrán con más intensidad de mis viajes, como lo hacen mis amigos moteros. Así que nada… poneos el casco, el neopreno y en forma que este viaje estará pasado por agua.
Normalmente no hago un entrenamiento específico para mis viajes, pero en este caso, no pararé de surfear hasta que salga, quiero quitarme de fumar, y quitarme peso que para este viaje ya no hace falta… y creo que será en Febrero el inicio de este viaje. Un abrazo a todos y feliz semana.