Una mente así no sabe el tiempo exacto en que se hizo la inmersión en las entrañas de aquel oscuro túnel. Funciona así, es una medida de protección que tiene la misma condenada mente para protegerte de ella misma, para mantenerte vivo en un entorno donde hay otros que luchan por vivir de un puto cáncer, mientras parece ser que la otra mitad se suicida una vez en el túnel. Así es la puta cabeza y así parece ser esto que llaman vida. Hay refranes para eso a espuertas lo cual quiere decir que si el río suena es que agua lleva.
Mientras estaba en el túnel me encontré a muchos otros también en sus cuerpos por coches de mierda, allí atascados como la antesala de un ano que está cargado de mierda que parece viva, que parece muerta. A veces bajábamos la ventanilla y conversábamos entre nosotros como si los rostros entendiesen el uno del otro. Solo se escuchaban y escupían lamentaciones al mismo tiempo. Puto túnel. Y entonces fue cuando me di cuenta…. no, no había que seguir esperando, así que giré con decisión hacia la pared mas cercana, en este caso la izquierda, quizás porque en Mozambique se conduce por la izquierda, y conseguí traspasar los bloques que conformaban el tétrico túnel de la depresión, llenando el coche de luz gracias a un verde paisaje con olor a mar fresco y a rocas mojadas por el mar.
Fue como cagar. Dejé la mierda atrás sin tener que esperar a que los demás avanzaran, solo tenía que decidirme donde dirigirme. Llegué a una playa nueva y el mar me abrazó. Olas perfectas. Volví a repetir un intento de soledad y así varias veces cambiando la rutina anterior. ¿Cómo había llegado a ese estado cuando todo estaba a un volantazo? Comencé a atar cabos. Llevaba 5 días que había dejado el Vaper. Desde entonces el malhumor floreció de la manera más malévola e imaginativa que puedas imaginar. No sabría poner un ejemplo pero mi estado negativo ya no era solo el malhumor sino la pena. El mono camuflado de lamentaciones por decisiones pasadas como si realmente hubiesen sido malas, (que para nada lo fueron), pero el mono te hace ver a los culpables y los señala con su dedo lleno de mierda para salpicarlos y así tener una excusa para justiciarlos, condenarlos… por nada. Así es el puto mono del tabaco, ahora añádele el del alcohol a sabiendas que hace un año que lo dejaste, el del vaper, el mono de los carbohidratos y a todo esto añádele un ayuno intermitente… la cabeza se petó por eso… estoy seguro de ello.
Pero pasado unos 15 días que dejé el Vaper y tras haber aprendido a vivir sin esas tan diferentes drogas mencionadas antes, más las redes sociales que también pensé que sería sano un alejamiento, he de decir que todo bien. Que veo la luz. Que tengo curiosidad y menos adicciones que me planteen un paso. También he de decir que me divertía mucho más escribir borracho… que fumao. Todo por un Vaper… madre mía.
He podido volver a sentarme a escribir el libro en el que ando inmerso. “Ahora o nunca” se llamará y la historia narra lo que ahora sí que sí, creo que he aceptado como la que fue mi última aventura, porque aventura como tal, creo que será la última. Lo pensaba ayer. Quizás y viendo mi vida actual dudo que vuelva a realizar lo que yo entiendo por aventura. Viajes sí que haré, eso no lo dudo, pero dudo que una aventura ya que uno de los ingredientes de esta, a mi forma de ver, necesita jugar con la muerte y no estoy dispuesto a ello o eso me recuerda la mirada de mi hijo. A veces se me olvida vivir el presente y eso hace que me asome al precipicio de la depresión, la cual se hace preguntas absurdas del pasado, del posible futuro o de lo que podría haber sido y no fue. Un absurdidad de dimensiones estratosféricas que no conducen a un bienestar presente, al ahora.
Ahora se banaliza con la depresión y son muchos artistas los que dan un paso adelante para decir que asisten a un sicólogo y que están en la mierda a pesar del concepto que tenemos sobre ellos. No es oro todo lo que reluce y es mejor estar en la mierda con un aval en el banco que estar en la mierda sin patrocinadores. ¡Pobrecitos! También los ricos pueden sufrir y parece ser que esta en la obligación social de aceptar a los pobres loquitos embriagados y resacosos de fama, que una vez en la cúspide, parece ser que las vistas desde allí a lo alto, no eran como se la imaginaban. Han conseguido que tener una tara sea fashión e incluso algún subnormal parece desear tener o dicen tener lo que realmente no tienen, creando una oleada de personas supuestamente jodidas de la cabeza que ruegan su lametazo en sus heridas.
No suelo ver la tele desde Mozambique aunque me gusta mantenerme informado sobre lo que ocurre en el país que me vio nacer o así me lo pide a veces mi cabeza, aunque no sé si es a modo de conciencia o simplemente curiosidad. Hoy día puedes ver cualquier televisión y escuchar cualquier radio desde cualquier parte del mundo y eso forma parte de la globalización con sus cosas buenas y malas ya que la mierda también viaja de manera global. Estuve escuchando el “debate” que mantuvieron los “principales” candidatos, protagonistas, líderes o como quieras llamar a las opciones en esta demo-democracia (parece que hablamos de una “demo” que hace gracia aunque realmente a veces da más miedo que gracia). Con cierto conocimiento de causa, aquello si que daba para adquirir una depresión; Se le quitaba el polvo a la carpeta de ETA para utilizar los muertos, las 49 por violencia de genero en 2022 y porque no y aunque les pille muuuuy lejos hablemos de Venezuela. Aquellos, que tienen aún por ahí una caja escondida que la llaman “Caja B” mintiendo sobre como subieron las pensiones que no subieron. Los mismos que dieron como solución en medio de la pandemia, hace dos días, ir a la iglesia a rezar. Los hijos de los facistas que mataron al tioabuelo que aún anda por la cuneta haciendo un autostop con sus compañeros pero que nadie ve. Lo único que he visto más humano y decente ha sido una foto de ese con nombre de alubia negra mexicana, “el Frijol”, con un narcotraficante en su barco. Aunque la izquierda de este país use esa foto como arma arrojadiza en esta campaña, al menos El Frijol demuestra que se junta con los que llevan por lo menos 20 años sin subir el gramo de cocaina convirtiéndolos para un servidor en los mejores gestores económicos de este país.
La izquierda habla de las 49 mujeres muertas como el holocausto nazi y aunque cierto es que no debería morir ninguna persona a manos de otras, la realidad es que somos humanos con sus pros y sus contras y lo de matarnos unos a otros o dejar morir a algunos bajo la responsabilidad o la mirada de soslayo de otros está a la orden del día; en el mediterráneo, en el estrecho, cada vez que se apoya a un país sea el que sea con armas, dejando morir a los abuelos en centros de mayores o aparcamiento de viejos, (llámalo como quieras) Hacer de una cifra, 49 muertes, un problema social cuando al mismo tiempo mueren 18.330 por suicidios, 10.890 por accidentes de tráfico, 11.707 por ahogamientos accidentales y sabiendo que el 90% de los humanos mueren en una cama quizás deberíamos hacer una campaña en contra de los vehículos, otra a favor de comer papilla a partir de los 65 años de vida y que la gente no se quede en casa porque hay al año unos casi 13.000 accidentes domésticos mortales… mientras tanto en el mismo año murieron 113.662 por cáncer mientras se siguen invirtiendo miles de millones en guerras y minucias para la investigación y anulación del bicho. (Resulta paradójico porque el verdadero cáncer de este mundo somos nosotros mismos estando vivos)
(Parentesis: Vengo del terreno. El guarda/jardinero, amigo de la familia, vino a trabajar sin que realmente necesitáramos a nadie, por el simple hecho de echarle al señor de 58 años un cable. Al segundo día se puso malo. La Malaria que ya traía incubando desde la capital hizo que me lo encontrara medio tieso en el terreno. Me doy cuenta que he pasado en un abrir y cerrar de ojos de Trabajador a “empresario” o contratista. Si ayer pensaba y defendía los derechos de los trabajadores con una perspectiva concreta, hoy me doy cuenta que hay entre el papel de uno y del otro un punto de encuentro y entendimiento donde la ética de ambos juegan un papel básico en el entendimiento de ambas partes. Me explico, han pasado ya 2 semanas. Lo que ha sido una enfermedad real, veo que se ha prolongado en el tiempo acomodando al señor que lleva 2 semanas extras viviendo sin producir absolutamente nada, solo más trabajo y gastos para mí. Ahora me siento un cabrón si lo echo porque realmente no lo necesito, eso sí, después de que sane totalmente y que su familia, la cual no da señales de vida para hacerse cargo de él, o simplemente preocuparse de él en todo este tiempo de hospitales y medicación… el caso que hay que mandarlo a su casa. Si contamos los gastos del billete para venir, más el billete para que se pueda marchar y los gastos para su alojamiento… triplica su sueldo de un mes… y no deja de tener 58 años a lo que friamente y sin escrúpulos podemos decir que está más cerca de una carga que de una ayuda (lo ha demostrado en esta dos semanas de “trabajo”) y pensando todo esto entra el conflicto ético. A todo esto hay que añadir que al segundo día después de ir a las 6 de la mañana para levantarlo de la cama, vestirlo, darle la medicina y dejarlo fuera de la habitación, por la tarde, me encontrara allí a unas 8 personas dentro del terreno, que tras oir sus lamentos acudieron para ayudarlo. Al llegar yo más tarde para ver como estaba me encontré por sorpresa con la comitiva mirándome con cara de pocos amigos mientras me juzgaban en silencio con sus desafiantes miradas, mientras le decían al enfermo en voz alta y en portugués para que yo los entendiesen, que gracias a ellos estaba mejor… con la única intención de rascar su premio. Os aseguro que da para un libro todo aquello. Fue muy desagradable. Son de esas situaciones que hagas lo que hagas sabes que es una cagada. El señor pareció hacerse dueño e incluso llegó a pedir una sillas para los invitados con cara de víctima de su “maltrato” Si en vez de tener a una persona así tienes a 4 en tu empresa, date por jodido, por muerta la empresa. El hombre parece recuperado, después de dos semanas de no trabajo cobrará el mes de manera europea y se le facilitarán las cosas para mandarlo de vuelta a casa. Me reconforta hacerlo con cierta ética… de manera nacional nunca hubiese trabajado con nosotros por la edad y quizás nunca hubiese recibido su salario y menos aún facilitarle su vuelta a casa) Fin del paréntesis.
El problema de este razonamiento es cuando de la misma manera radical y /pero a la inversa, los nazis blanqueados dicen que la violencia de genero no existe. (Ahora es el momento el que me pitan los oídos al escuchar “perro flauta” y “facha” al mismo tiempo. Me encanta)
Mientras la peleita verbal entre los candidatos carece de importancia para la mayoría, creando nuevos problemas que ni siquiera nos habíamos planteado, como la “okupación” de la casa de verano que no tengo, la vida sigue pasando sin problemas reales en cuanto apago la tele o la radio.
Me sacudo tanta mierda y tanta maldad como lo hacen perros después de coger el palo que le has tirado maliciosamente en la orilla. Algo de mierda queda para que se seque poco a poco durante las próximas horas hasta que queden los problemas reales y personales que acarrea cada uno en su vida. Lo que podríamos llamar problemas reales aunque muchas veces no son realmente problemas sino inconvenientes. Problema tienen en Sudáfrica donde mueren a manos de sus maridos una mujer cada 3 horas, 8 al día, 240 al mes, 2880 al año… lo cual es un disparate comparado con el problema personalmente yo tenía hace unos 18 días, que no era otra cosa que la del mono del Vaper y que hizo que esa estúpida adicción adquirida que no impuesta, me llevara a lo más oscuro de los pozos aunque lo haya llamado túnel al inicio del escrito.
No voy a votar esta vez. No. Votar en la situación que me encuentro, a 8.000 kms de casa, es un trabajo extra que no estoy dispuesto a ejercer a sabiendas que nuestro políticos tienen más estratagemas, estrategias y marketing que propuestas políticas. No votaría jamás a los nuevos nazis blanqueados ni a los que están a la izquierda de la izquierda. Aunque cierto es que sí que votaría a los que recientemente nos han sacado de una pandemia de la mejor manera posible sin dejar a nadie atrás pero estoy lo suficientemente desilusionado como para hacer 500 kilómetros para votar. O votaría a la Yoli quizás con la ilusión de cambiar. Los de Podemos ya tienen su chalet y el coleta con o sin razón fuera del tablero, eso sí con cierta dignidad, dando sus opiniones desde el público… (Por otro lado me consta que a algunos de los que sí han querido votar desde Mozambique no les ha llegado el voto)
“Pues entonces no te podrás quejar de lo que salga” Me tira de las pelotas quien salga… por esa regla de tres será culpa vuestra y no mía.
Finalmente te das cuenta que está en uno mismo no ser uno de los 18.330 que han decidido matarse bien por no llegar a final de mes, bien por que el banco que rescatamos ahora te quita el piso, o bien por no haber leído la letra pequeña en este mundo con más estratagemas que humanidad. Lo de esquivar el cáncer eso ya tiene más pinta de azar que otra cosa, aunque si uno se cuida tiene menos boletos, eso es así.
No sé en que punto de la semana esto ha terminado en política. En esos dos que se tiran mentiras los unos a otros y que cuando la el cámara le da al OFF, se dan la mano, se abrazan, y brindan entre bastidores. No lo sé. Lo único que sé es que gracias al volantazo que me mandó a aquella playa de olas perfectas y que la tenía al lado de casa, quizás, ese simple gesto me salvó la vida. Que quizás haya utilizado el Vaper como infierno, no sea nada más que la punta del iceberg. No voy a decir que esté bien aunque sí un poco mejor. Este texto que anteriormente me llevaba unos 30 minutos escribir ahora lo he conseguido en 3 días.
Quizás esta es la aceptación de que una parte de mí se acabó. Hay que seguir buscando un aliciente para darle sentido a este milagro llamado vida.
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