[Insert Coin] querido lector que disgustado leyó mi anterior spot, tiene dos claros significados para mí. “Inserta moneda” o “Inserta o Visita Coín” Bonito pueblo Malagueño, el cual me pilla un poco lejos de aquí. Moneda tampoco tenemos como para estar parados 10 dias en un lugar como Angola, precioso sea dicho de paso, o cualquier parte del mundo… pero… las cosas pasan por algo y esto ya lo has leído de mí muchas veces y también, “siempre pasa algo”

Cuando llegué a la playa de Sangano, y mientras buscaba un lugar donde poder pernoctar poniendo la tienda, conocí a un tipo blanco que lucía un chaleco de carpintero y un martillo en su mano derecha, con el cual golpeaba con fuerza unos enormes clavos que lloraban chispas, antes de penetrar en la madera de aquella futura base de chiringuito. Hablamos. Preguntaba y yo respondía. Sonreía. Era portugués. Luego entró en escena otro paisano suyo. ¿De dónde eres? <Español> Respondí. ¿Conoces Jerez, El Puerto Santa Maria? ¡¡Yo he ido mucho!! ¡¡Me encantan las motos!! – No podía creer que en una playa recóndita de Angola, un portugués me iba a preguntar que si conocía esos lugares, en los que cerca me he criado. Hubo ese lazo invisible que surge entre dos personas que comparten la misma afición y que de algún modo se parecen.
Alexandro me dijo que acampara sin problemas en la playa, a la mañana siguiente yo tenía que estar en la embajada de RD del Congo, en Luanda, donde me esperaba el cónsul, gracias a un hombre que conocí en Sumbe, en la posada de Wembele donde estuve cuatro noches acampado en la playa.

Juviano que así se llama, me pasó el contacto, pero desgraciadamente, el trafico y las complicaciones para encontrar el sitio, me hicieron llegar tarde, teniendo que ser atendido por otro trabajador de allí. Puede que sí o que no, la cosa no fue como yo me esperaba. Era Martes “Tienes que volver el Lunes que viene, pagar 100$ Dolares americanos y unos 10.000Koz (45€), fotocopias de todas las tarjetas de banco, fotocopias del pasaporte compulsada por la embajada de España para verificar que es verdadero, (Ahí y con las dos monedas diferentes que me exigían ya tenía cara de culo) tambien fotocopias del carnet de conducir, el internacional y nacional, dos fotos de Carnet… y ya está. Me quedé mirándole a la cara con un leve sonrisa… luego me reí sin ser escandaloso. ¿De verdad? le pregunté ignorante de mí. El, que también tenía una leve sonrisa en la cara, me dijo que sí. ¿De dónde saco Dólares?… Volvió a sonreir.

Pensando en los 10 dias que debía esperar con gran pena y todos mis cosas en la moto, sobre las 4 de la tarde que era ya y a 120 kms de mis amigos portugueses en Sangano… y sin dinero como para elegir un lugar donde dormir y con un cansancio brutal dentro de aquella chaqueta sudada de moto mientras me disponía a salir de la embajada… en ese momento entra en escena un hombre. ¿Todo bien? ¿Algún problema? ¿Necesitas dolares? De nuevo mi cara de… no ahora de coñeta, se dibujó en mi cara. 19.000koz por 100$ Dolares. me pareció muchísimo. Lo mire en internet y marcaba que 19.000 Koz eran unos 164$ Dólares. Me puse bastante violento, pero era tarde y en territorio Comanche. “A la mierda esto, me largo” Tiré de nuevo dirección Sangano haciéndose de noche en el camino. Estaba enfadado, cansado, mugriento y estafado. Hora y media después aparecí de nuevo por el “Complejo Golphiño” No te preocupes, me dijeron después de explicarle mi situación y después de haber hecho ya público que me volvería a Johannesburgo, intentaría vender la moto y volver a España tal y como había venido; Volando.

“Siéntate a comer con nosotros” La mesa estaba llena de gente de mantenimiento, jefa y dos vecinos. Buen pescado, buena comida… un lujo para mí. Mi mente estaba calculando la vuelta, precios, venta de la moto, precios de vuelos a España estando esta en temporada alta… Los ojos se me inyectaron inevitablemente de unas lagrimas de impotencia. De coraje. De pena. Saqué mi teléfono y lo puse a cargar. Cenamos. “Español ¿Estas bien?” dediqué una sonrisa. Alexandro me miró sabiendo que todo no andaba bien. Kevin, un sudafricano y José, un portugués y siendo los vecinos y trabajadores de otro complejo que estan haciendo, que aún no tiene nombre, me invitaron a cervezas. Yo les contaba mi situación actual y como empezó todo. En ese instante y por un momento olvidándome de la realidad actual, desenterré aquella ilusión con la que empecé todo. Haciendo y vendiendo las camisetas yo mismo allá donde me pedían, corre a un sitio, corre a otro. Me acordé de los compañeros de la Cadena Ser y ese último hasta luego, saqué el billete de 20€ que me dejaron firmados y sonreí. Recordé esos nervios en el aeropuerto con el mapa abierto. El recibimiento de la familia en la capital sudafricana y las manos de Manolo mientras hacíamos los soportes. Todos esos angeles del camino. Todas esas risas. La ilusión de la gente que había comprado la camiseta, solo por ayudar. El teléfono debía de tener algo de batería, lo encendí y de repente, el Facebook, explotaba. Las muestras de apoyo eran para mí una locura. Te das cuenta desde aquí, que esto lo lee mucha mas gente de la que te escribe normalmente. La gente desde su casa se molestó en escribir y respetando la decisión que tomase finalmente. Querido lector, lectora… a eso me refiero a que sois mi gasolina. La gente ofreció dinero, pero es una de mis primeras normas desde el primer viaje, el no aceptar pasta. Todos esos recuerdos, toda esa energía y sabiendo que una vez en casa, tendría la incertidumbre para toda mi vida de que podría haber sido en el caso de haberlo intentado. No. No podría vivir con eso.

Ahora estoy aquí, pensé. Hablé con Alexandro que ya sabía toda la historia. Al rato vino… “Puedes quedarte acampado aquí todo el tiempo que quieras y necesites… comer puedes comer con nosotros” en ese momento saltó Kevin, “y allí con nosotros también puedes quedarte cuando necesites y comer y cualquier cosa que precises”

Y decidir moldear el destino. Dicen que el destino está escrito, pero creo que está en tus manos que sea uno u otro. El destino no es cuando vas a morir, el destino es que ocurrirá mañana o el minuto que viene… y si no haz la prueba, monta en tu moto, ponte a 200 km/h o al maximo que dé e intenta aguantar un minuto con los ojos cerrados… ¿Está en tus manos o no?

Y aquí estoy ahora mismo después de comerme un estofado de carne con los chicos del Golfiño, que significa Delfín, y con José y Kevin que me prestan sus perros para pasear por la playa aunque afortunadamente, ayer mismo, me di un paseo dirección Sur, saludé a los pescadores que trabajaban en sus pintorescos barcos y continué caminando para ver que había detrás de las rocas. Mi sorpresa fue, que a unos 200 metros pude observar una rompiente perfecta de izquierdas. Corrí como un crío el día de reyes. Al estar cerca, estaba en lo cierto. Era una ola maravillosa y perfecta con un tamaño aceptable. Fui por la tabla e hice surf después de casi un mes sin mojarme. Hoy el mar estaba más grande y todas esas olas eran para mi. Los pescadores se arremolinaron en las rocas para ver a este patético surfista, que ha vuelto a encontrar sentido a esta aventura.
De nuevo un millón de gracias por empujar. Por estar ahí. Sois mi gasolina.

P.D Este fin de semana ha sido de lo mas extraño e inolvidable que jamás pensé. Os lo contaré

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