Me proponían este tema desde instagram el cual me pareció interesante. Cierto es que a diferencia de hace ya unos trece años que comencé a viajar en moto gracias a un cupón de la ONCE, las cosas han cambiado bastante. Creo que habría que ir por puntos y que esta cuestión en sí merece sucumbir en varias cuestiones más. ¿Realmente hay más aventureros en moto que antes o quizás ahora hay más medios para que sean conocidos?  Cuando yo comencé no había redes sociales como instagram, pero para cuando comenzó Emilio Escoto o nuestro Gustavo Cuervo o mi gran amigo Cosi Bernardino, por nombrar algunos, no había ni teléfonos móviles en los que postear al mundo sus hazañas aunque sí medios de comunicación como los periódicos y principalmente revistas de motos. Partiendo de la base de que estas lineas son únicamente un punto de vista personal, a mi parecer, todo se ha desvirtualizado bastante y si antiguamente muchos de aquellos grandes aventureros salían con un objetivo concreto, atreviéndome a decir que el de conocer el mundo a pecho descubierto, hoy día a más tintes de egocentrismo que otra cosa. Antiguamente un artículo para una revista de motos era pagado por unas 150.000 pesetas (900€) mientras que ahora lo posteamos gratis y si tienes suerte de escribir para una revista, el valor puede ser de entre 150 euros a 300. A sabiendas lo que cundía el dinero antes y lo que cunde ahora, la carajotada se escribe sola. Yo respeto a todo aquel que quiera viajar como y cuando quiera por el mundo aunque si lo que busca realmente es la aventura, temo decirle querido lector que gracias a las nuevas tecnologías la aventura como tal ha muerto. Para ello hay que hacer un gran ejercicio personal y desprenderse de las nuevas tecnologías, montarse en una moto, un triciclo, un coche o sobre tus propias piernas y comenzar a comerle metros al mapa sin el nerviosismo de tener conexión o no al terminar el día, solo así sentirás la aventura y lo más importante de todo; encontrarte a ti mismo. Es jodidamente complicado y siempre buscamos una excusa para engancharnos a la red; los hijos, la familia… y cuarenta y cuatro “porsiacasos” más. Queremos perdernos con google maps en el bolsillo, Booking y 3 apps más. 

En mi última aventura (Mozambique – España con una Yamaha XT 500 del 1981) fue lo más cercano que tuve a sentir como lo hacían los verdaderos aventureros, los de antes, cuando en un buen tramo me quedé sin teléfono y la moto sonaba y frenaba como las de aquella época. ¿Es mejor, es peor? Quizás la clave es descifrar que es la aventura y que es el turismo en moto, gran cuestión sea dicho de paso. Es quizás por ello que en todas mis aventuras el presupuesto ha sido ridículo y el precio de las motos que he usado no ha superado los 2.000€, para acercarme a la aventura lo más posible aunque he de reconocer que no he tenido el suficiente valor de viajar sin teléfono y mis excusas han sido la familia principalmente. 

Por otro lado está el marketing de estos seudo aventureros en los cuales casi siempre hay un factor en común, El morbo. No hay video o titular dramático que no enganche al ser humano y esto lo sabemos todo muy bien, lo que realmente me jode es que se utilicen estas triquiñuelas que no hacen otra cosa que ensuciar la fama de un país para enaltecer la aventura del susodicho. No se lo crean, no tengan miedo porque les puedo asegurar que el mundo no esta lleno solo de hijos de puta, sino que por lo contrario lo que reina son buenas personas. Esos videos con musiquita de corsarios me ponen un poco nervioso, la verdad y que tengan miles de visitas pues me entristece o quizás sea coraje porque yo nunca haya llegado a ciertos números de visitas cuando en muchos casos pienso que lo que yo he hecho tiene más mérito por diferentes puntos mencionados anteriormente, pero en mi caso no he utilizado el morbo como tal. Curiosamente mi video con más visitas es “Putas gasolineras bolivianas” con más de 240.000 visitas y ya os podéis imaginar por qué. Lo bueno es que después de aquel video denuncia, tengo entendido, pusieron una ley en la que obligaban a las gasolineras a tener un cartel explicativo de por qué vehículos con matrículas de fuera del país pagan el doble o incluso el triple el valor que marca el surtidor. Sea dicho de paso, mi youtube nunca ha sido monetizado en cambio otros sí, entonces se convierte en un trabajo y hay que respetarlo aunque creo que hay una falta de ética y creo que no todo vale. También está en el criterio de uno en creer todo lo que le cuentan. 

Si algún día te decides a emprender tu aventura lo primero que te digo es “Enhorabuena” y lo segundo que puedo decirte es que hagas de tu aventura, tú aventura y que te resbale como agua en paraguas toda aquella opinión de el que está sentado en su casa, cargado de envidias, negatividad y suegra camino a la nevera. Vívelo y disfrútalo que hasta los días grises los echaras de menos. Es normal que el novato en esto se crea Superman pero ya te digo que te encontraras al de la bicicleta que lleva no sé cuantos años pedaleando y volverás a poner las ruedas en la tierra. También encontraras a muchos viajeros, aventureros o como queramos llamarlos que viajan por ahí sin mucha actividad en redes sociales he incluso ninguna, sí, aquello que sí que han podido viajar sin la necesidad de contárselo a nadie. Huye de intentar ser el primero en algo y recuerda que el mismo trayecto al día siguiente ya es otra aventura diferente. Tu momento es tuyo y las comparaciones son el alimento del ego. ¿Que más da lo que haya hecho fulano o mengana? Que nadie te quite las ganas. 

Por otro lado creo que tampoco hace falta irse al quinto pino para lanzarse a la aventura. Coge tu documentación y solo 20 euros e intenta llegar al otro extremo del país; En cuanto se acabe la pasta, el otro asesino de la aventura, comenzaras a ver que el mundo no es tan malo y que la aventura puede estar a las puertas de casa. 

¿Viajan o huyen? Hablaré de mí. Yo he huido viajando y al final te das cuenta que los problemas te persiguen igualmente aunque no hay mejor sicólogo que el casco. Pensar en tus mierdas, reír, llorar, emocionarse, reencontrarse y sentir la juventud que proporciona la moto. Para mí viajar en moto es de las mejores terapias que se puede hacer en la vida. 

Y poco más familia. Espero que os haya gustado esta entrada en la web y poco a poco la iremos mejorando. Podéis dejar vuestros comentarios… creo 🙂

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