A continuación se expresarán unas teorías bajo ninguna perspectiva médica. Si van a hacer deporte o comenzar con alguna dieta, que sepan que también tienen la opción de no hacer nada… pero si insisten pónganse en contacto con un especialista.

“DEL DEPORTE TAMBIEN SE SALE”

YONKY LIKER 1948 – (NO SE VA A MORIR NUNCA, ES EL YONKI DE TU BARRIO QUE PERMANECE EN CUCLILLAS CON UN LITRO A SUS PIES SIN QUE LE DEN UN CALAMBRAZO LAS RODILLAS)

Sinceramente nunca he tenido una preparación física concreta antes de cada aventura. De siempre he alternado con gran astucia en una coreografía perfecta la mezcla entre una vida sana e insana al mismo tiempo. He llegado a entrenar borracho y creo que con esto lo he dicho todo. Soy de los que piensan que al cuerpo hay que darle una de cal y otra de arena para que se ponga duro; Una carrerita de 5 kilómetros, unas pesitas  para tonificar y evitar comerte a la abuela por los pies después del primer porro. Evitar los grandes atracones en navidad es una pamplina comparado con devorar cada mañana lo más cerdo que encuentres cerca debido a la resaca, eso si que son grandes metas, pequeños gestos… Es un equilibrio bastante incompatible ya que se sufre el triple pero eso lo sabes cuando inicias una vida más implicada en el deporte. ¿Vas a avanzar más? ¿A dónde si te vas a morir igual? Cierto es que desde hace casi un año decidí llevar una vida más saludable y hay dos cosas que he de confesar; Jamás he estado más viejo y más fuerte en mi vida y tampoco me arrepiento de la vida que llevaba antes. Las cosas como son. Tras un largo periodo inmerso en una alimentación vegana la mandé al carajo de manera radical iniciando una vida Keto. Podríamos decir que prácticamente lo contrario aunque se podrían mixturar, cosa que evito porque bastante suerte tienen algunos de los que me rodean de comer cada día como para andarme con pamplinas. El caso que después de casi 10 meses sin alcohol y este estilo de vida, acompañada también con un ayuno intermitente pasé de 96 kilos que llegué a pesar (fue cuando dije “hasta aquí”) a pesar los 79 kilos que peso ahora. Durante la última aventura respeté el ayuno intermitente y la dieta Keto, la verdad que dependía mucho de donde y con quien comiese. Si me invitaban había que ceder sí o sí por una clara cuestión de respeto y educación. Llegué a pesar unos 77 kilos aunque parecía un globo pinchao por la falta de ejercicio con peso, que aunque lo estuve haciendo cuando podía, no fue mayor que el desgaste aeróbico de manejar una moto con más de 40 años, llegando a conducir hasta 16 horas en una sola jornada sin parar para hacer 850 kms. ( En realidad sólo fue el primer día)

En definitiva, creo que para viajar en moto es mucho más importante la ilusión que la capacidad física. 

Tiendo a motivarme de una manera bastante absurda, “consumista” y esta mezcla puede ser arriesgada. Cuando me da por correr y para iniciar con ilusión la práctica, me compro unas zapatillas que morirán de viejas sin haber gastado las huellas de su parte más sufrida. De pequeño si mi madre me apuntaba al karate motivado por a saber qué, yo ya quería el kimono, el cinturón negro para cuando llegase a el y unos “lunchacos” de madera con la cadena dorada a ser posible. Cuando me apunté al baloncesto pensé que sería necesario tener la equitación de los Lakers, la pelota oficial de la NBA y unas pistas privadas para practicar mi lanzamiento de tres. Mis padre nunca cedieron a ello y cierto era que con toda la razón del mundo ya que cada una de estas prácticas y las demás que hubieron, no tuvieron pasión por más de una semana. Hubiese tenido un puto decatlon en casa con tantos intentos. Sólo fue la natación lo que me mantuvo más tiempo y cuento por años y años aquella temporada deportiva de mi vida. Creo que la mayoría nos hemos dedicado a un deporte en concreto en nuestra infancia, adolescencia y el mío sin duda es la natación y el surf de la mano. Mis padres no se negaron a comprarme un bañador, un gorrito de silicona y las indestructibles gafas, en lo del surf, mi primera tabla me la compré yo tras ganar un concurso de fotografía. Mi primer bodyboar y yo con 8 años, me lo regalaron mis padres creando un verano eterno en mi memoria cargado de amor. Jamás lo olvidaré. El regalo no fue la tabla, fue el recuerdo que crearon. Puedo oler aquel verano.

Es recomiendo “Ejercicios en casa” aunque no me paguen nada.

“Anyway” que dirán por ahí… No hace mucho me entró la cabezonería de hacer un medio Iron Man con mi hijo y para ayudarme a ello caí en la “trampa” de comprarme un Reloj inteligente, concretamente un Garmin. Cuenta los pasos, te dice donde has surfeado mediante gps mientras te cuenta las olas que coges y a la velocidad. Cuenta las calorías que gastas descansando y activo, pulsaciones…. Una puta locura el relojito de los cojones pero ya me está poseyendo el cerebro. Parece que lo que no haga con el reloj es como si no lo hiciera. ¿Andar y dejar el super reloj en casa? ¿Y no contar los pasos que vas a dar? ¿Estas loco? Y no sales sin el puto reloj. Yo intento engañarlo haciéndome las pajas con la mano izquierda para que cuente los pasos sin salir de casa. Ayer me hice 8.000 pasos en pajas, que equivale a 7 kilómetros andando, te los puedes hacer destrozando la polla en casa. Tal es así que si vas con la pollas llena de sangre a la farmacia y le dices a la persona que te de “Reflex” y se eche las manos a la cabeza “¿Cómo Reflex para esa polla ensangrentada? Y le responde el del smart wach pajín … “¡NOOO! Es para el codo que esta paja me la termino yo por cohones. Tengo que llegar a 10.000 pasos hoy!!!

Es una  puta locura y la estamos permitiendo. Yo reconozco estar ahora esclavizado al reloj y el maldito me hace sentir mal si no completo los 9.000 pasos diarios que me he propuesto y me fustigo y sufro aunque cierto es, que he perdido 18 kilos, me he quitado de beber para dar más de mí y siguiendo una dieta Keto… pero es el puto relorjito el que me ha transformado. ¿Soy más feliz? no lo sé. Sí pero de otra manera. Pero es muy flipante ver como reacciona tu cuerpo en según que circustancias. Registra el momentos de stres y es muy práctico para conocer lo me me estresa y en que momento lo hace y coincide que es cuando hablo de el Reloj de los cohones. Dejo el escrito, me pita el reloj Pi Pi Pi 

a mal tiempo buena cara

Al final mi hijo enfermó con un problema del corazón y lo primero que le quitaron fue el deporte, así que mandé al carajo la idea de correr el medio Ironman y me cabreé con el mundo por tan desdicha suerte. Aquella mala noticia me obligó a volar de urgencias a Suecia y tras estar con él un mes me volví más tranquilo y sabiendo que lo que tiene puede ser pasajero. El niño también dio un poco de “porculo” durante mi estancia por lo que concreté que el cabrón, afortunadamente no iba a morir. También llegué a la conclusión que para qué “perder el tiempo” durante tanto tiempo, para correr una carrera un día, el cual me había ensañado la enfermedad de mi hijo, que quizás nunca llegue. El niño está bien, no os preocupéis y el reloj sigue aquí conmigo y ahora mismo me acaba de confirmar que la evolución de mi carrera de esta mañana es positiva respecto a las carreras anteriores. ¡Que majo el aparatito oye! Algún día nos harán el cualquier seguro o hipoteca tras echarle un vistacito a nuestra esperanza de vida mediante el puto reloj… o si no… recuerden.

P.D Me han crecido 2 aventuras para muy pronto. Ya os la explico en el próximo post.