Con casi todas las cosas listas, sólo quedan los soportes para poder llevar la tabla de surf y quien mejor para hacerlas que el hermano de mi abuelo. Manolo, que así se llama, se acerca lentamente a los 80 años de edad y al llegar a su casa, por segunda vez y en mi moto había allí dos niñas de 10 y 12 años, las cuales hijas y nietas de una señora que trabajaba para el en los labores del hogar. La madre de una falleció con 22 años y supuestamente envenenada por una hermana aunque no se sabe con certeza… Y ni se sabrá. El las cuida temporalmente, pero no solo a ellas dos, sino que a sus hermanas/os y jóvenes tías/os sumando 8 personitas que tienen plato caliente, ducha y cama a cambio de nada. “Hay que ayudar a la gente”
Lleva aquí cerca de 50 y después de haber pasado 5 en Brasil. Yo, que nunca aprobé historia, pensé que quizás huía pero no fue así. Su primera idea era emigrar a Alemania como muchos españoles, pero su hermano, que fue primero, al ver a la gente dormir en barracones y en condiciones no agradables a su propio juicio, mandó una carta a Manolo, explicándole la dureza de la situación y alertándole ya, que el se volvería casi en el mismo tren que lo llevó. Manolo, modelista de la Bazán, San Fernando, lo pensó llegando a la siguiente conclusión; Bueno: “La gente también se está marchando a Brasil… Me iré allí, que está mucho más lejos y aunque me arrepienta, me será más difícil volver” yo que lo estaba escuchando atentamente mientras comía unas galletas, me vi obligado a dejar de masticar. Aquella reflexión, quizás un poco masoquista y auto impuesta… Me sonaba de algo. Me contó aventuras y desventuras de aquel joven de 25 años, por el año 62 y las calles de Sao Paulo. Aquel Español con mirada de Paul Newman y descarado partió algún que otro corazón, mientras fabricaba los motores de los “Willys” Con disciplina, pero nunca se le olvidó disfrutar de las cosas que la vida le ofreció… “No entiendo como puede haber gente enganchada a las drogas cuando el mayor placer es una buena comida y una buena mujer” Podría contaros muchas anécdotas de Manolo pero tendría que pedirle permiso. “A mi también me llamaba loco pero la vida que he tenido, no la cambio por nada… ¿Qué pena que pase tan rápido verdad? Mientras me miraba sonriente. “Yo me casé a los 42” me dijo mientras volvía a sonreír y yo sabiendo que su ex mujer es entre 15 y 20 años menor… Y volvió a sonreír… Eso sí, estando si o no juntos, respetando y ayudando en lo necesario hasta la fecha en lo que puede.
Así que salvando las distancias, los años, por supuesto el porte que tuvo el y el cuerpo jota que tengo yo, en muchas cosas somos muy muy parecidos, siento que esta experiencia juntos me ha enseñado bastante de donde vengo y por lo tanto, queden como queden los soportes de la tabla de surf, que veo que perfectos, esto ya a merecido la pena con creces, porque no hay nada más grande que conocer las raíces de uno y a su vez conocerse a uno mismo. Y a mi pregunta “¿cual es el secreto para estar así con cerca de 80 años? Manolo responde: “Si tienes estrés y problemas que alteren tu tranquilidad y te hagan pensar demasiado, ahí dentro afecta al sistema nervioso y el sistema nervioso gobierna en todo… Así que sé feliz pese a quien le pese”
P.d Manolo acaba de comprar 12.000 ladrillos para seguir haciendo la casa que comenzó hace más de 15 años, el solo y con sus propias manos y espera la oportunidad de poder volver de vacaciones algún día a España y ver a familiares… Y amigos
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