Lo primero es decir feliz año aunque ya nos encontremos casi, finalizando el mes. Lo segundo es que lo primero no tiene importancia. Y lo tercero que lo primero y lo segundo es una verdadera pamplina cuando se piensa en vivir el momento. Feliz momento queridas y queridos. 

Después de esta gilipollez, cierto es que el tiempo pasa volando y llevo aquí en Sudáfrica un mes y medio. La posible intervención que precisaba Manolo de una hernia que coincidió con la marcha de Rebeca, la chica que durante los últimos 6 años ha estado cuidando de Manolo, para enterarme a los 20 días que ni tan siquiera estaba diagnosticado y por lo tanto solo era una opinión de Manolo, que después de un poco de presión decidió ir al médico para que allí le dijesen un 20 de Diciembre, que no podía ver al médico hasta finales de Enero… lo cual pintó en la cara del abuelo una amplia sonrisa, como la de un chiquillo al enterarse que no hay clases. En aquel momento, tampoco cogió la cita para finales de Enero, lo que dio a entender que Manolo no tenía pensado ni tiene pensado pasar por un quirófano. 

 

Los días con Manolo eran y son exactamente iguales, haciendo que mi vida amoldada a la de él fuese fácil. Lo sé, hablo en pasado ya que he aprendido romper ese muro que me impedía sentirme libre. Estas líneas las estoy escribiendo desde un albergue que hay a unos kilómetros de su casa, que he llegado a través de un Uber por 5 euros. He echado la mañana con una chica del Tinder en la piscina y ahora tengo wifi después de 45 días. Esto no quiere decir que pueda permitirme escapadas todas las semanas de 50 euros, porque es absurdo y os aseguro que me lo he pensado muchísimo antes de semejante despilfarro…. pero llegué a esa conclusión que os he dicho antes… “Momento” y mis momentos eran los mismos un día tras otro con sus cosas buenas; una disciplina de entrenamiento que me ha hecho perder unos 16 kilos. La no ingesta de alcohol en esas circunstancias para no volverme loco. Mucha lectura para pasar el tiempo. Siestas donde nunca las hubo.

Le pregunté que si iba hacer algo en Navidad y me dijo que ya lo había celebrado antes. ¿Fin de año? También. Situaciones de las que me he reído a más no poder hasta llegar al llanto. 

Cuando decía de ir a algún sitio nunca podía ir solo, con lo importante que es para mí estar solo y pensar conmigo mismo y sentirme independiente. Voy a comprar… “Yo te llevo” … Pero la cosa cambió. Las pasadas navidades Gerard me invitó a la casa del hermano. Hicimos varias cosas

Aprovechamos para comprar el casco, la chaqueta y las botas .

visitamos la casa de Nelson Mandela.

 

Estuvimos en la cueva donde se encontró el humano más antiguo y de donde se dice que es el origen de la humanidad.

 

El estaba solo encargado de los perros mientras la familia estaba en la costa de vacaciones. Aquello duró del 23 de Diciembre al 3 de Enero. Temía la vuelta. Lo reconozco, pero no fue tan duro. Volver hablar español, esa rutina y estar con Manolo, el cual es maravilloso, pero no su vida que pertenece a la de un señor de 83 años que aparente 60 y la de un tipo de 38 que tiene una mentalidad de 14. 

Decidí escribir un libro de mi vida con Manolo. El cual se “cabrea” porque no conozco familias de Puerto Real de los años 50 y le tengo que explicar que nací en el 80, pero no lo concibe. “Tu ni eres de Puerto Real ni ná” me dice hastiado por no conocer una explanada donde ahora hay un barrio con 512 viviendas. Muchas situaciones pintorescas que quiero plasmar en un libro para poder descojonarnos un rato. No entiendo como puede acordarse de los nombre y apellidos de muchos del pueblo, de como pasaban los Nazis por su calle en formación militar para ir a la guerra mundial y de como mi bisabuelo lo empujaba para dentro de la casa a sus tres años porque era muy rubio y temía que los alemanes se pensaran que eran de su pueblo. 

Después de las fiestas, por fin el tipo que me vendió la moto se dignó a darme los papeles que necesitaba para poder ponerla a mi nombre. Una cagada que no se volverá a repetir, sobre todo cuando no tienes coche personal y depende de los demás. La moto se fue a un taller especializado en la Yamaha XT500 de los 80 y allí continúa. La moto costó 800 euros al cambio y le he tenido que meter otros 800 euros para dejarla arreglada de absolutamente todo, incluyendo el motor, rectificado de cilindro, cigüeñal y su puta madre. Los que me acompañáis desde hace 9 años sabéis que de mecánica entiendo más bien poco y de ahí mí explicación técnica con la que os he instruido. 

Esperando la moto y después del arreglito que le hemos hecho de unos 800 euros, cuando esperaba que fuesen los primeros 400, dudo mucho que pueda yo ponerle una tabla de surf. La verdad. Esa moto está gafada desde el minuto 1. Cuando la fuimos a recoger el coche de Manolo murió por batería. A la vuelta, unos 45 kilómetros, calló una tormenta infernal siendo ya de noche, mientras yo peleaba con Manolo para que encendiera las luces del coche, pero se negaba porque decía que se le iba a parar el coche por el tema batería. Le dije algo del alternador para convencerlo y al final accedió a poner las de cruce. A un repique de matarnos una docena de veces. El teléfono quedó muerto de batería en en barrio que jamás te hubiese gustado quedar en medio de la noche. Al llegar a la casa después de 1 hora de tensión nos emborrachábamos para celebrar que estábamos vivos. 

A los tres días bajamos la moto de la pick up y al intentar arrancarla, la moto soltó una coz que no me partió el pie de milagro y me tuvo 3 días jodidos. Justó después de golpearme el pie, Manolo salió con un palo terminado en “V” cerrada para que la usase de muleta. Parecía al que levanta los cables en semana santa. Me planteé seriamente en venderla, pero ahora que parece que quedará totalmente nueva y que debo aprender a arrancarla y también que me niego a más mierdas de papeles… es la que usaré.

Estos días he estado en una reserva natural con Gerard y hemos visto una cantidad de bichos asombroso. En Instagram tenéis fotos @bufalomoto donde estoy haciendo una especie de Diario con algunas imágenes. Dedicaré la web para cuando me pueda sentar a escribir, ya que por ejemplo esos bichos, no sé por que cojones no me deja subirlos aquí el programa. Bueno sí… dice que tienen demasiada calidad… en fin. (Al final siempre soy yo que soy un inútil)

 

La idea principal era llegar a Kenia, de ahí a Namibia cruzando todos los países posibles que hay por medio y volver a Sudáfrica, vender la moto y volar a Australia. Pero justo hace un rato, un amigo me ha dicho que estará por Sudán el mes que viene y no lo descarto. También me ha dicho que me hace una carta de recomendación para ir a Arabia, pero sinceramente no tengo ni idea de lo que haré ya que me temo que con un sello de Sudan y Arabia pueda tener problemas para entrar en Australia en el caso de que decida volver y volar desde Sudáfrica (450 euros) Aunque ahora que lo pienso… (Un segundo… voy a mirar el mapa) Ok… Podría ir a Arabia, llegar hasta Qatar y de allí pasar a Iran… pero eso significaría que ya se me han ido las cabras del todo.

Como os iba diciendo… vivamos el momento. ¿O no se llama esta aventura #Sinrumbufalo? Pues eso… sin Rumbo con la moto de Rambo.