Llegará el día, que sentado sobre mi ataúd os mire sonriente o quizás sorprendido, mientras recuerde momentos vividos. Algunos quizás hubiese repetido, otros jamás haber interpretado aunque ya sentado, sobre mi propio cadáver todo carecerá de sentido. No entenderé el sabor de algunas lagrimas que allí se encuentren y que en vida no mostraron, por el miedo, por el orgullo o quizás porque siempre pensamos que hay un mañana para mostrar los sentimientos y eso, desgraciadamente no es así, convirtiéndolo todo en vano.
Llegará el día, que sentado sobre mi ataúd me morderé el labio inferior de esta boca que muda se volvió, dándole la espalda a este corazón, que ya ni siente ni padece, y a veces, mucho sonrió a sus adentros y poco expresó intentando matar sentimientos. No pido perdón por ello, quizás tampoco compresión, simplemente pasión, como la vida que bombeó, la vida que vivió dentro de este personaje loco e incomprendido a veces, cuyos ojos todo quisieron ver, para quizás opinar, para quizás cada momento sorber, con tal intensidad que pudo molestar, que se pudo mal interpretar, que se pudo e incluso usar, para acusar a este ser inerte en el que me sentaré, para miraros a los ojos para preguntaos por qué.
Dos pulmones, dos ojos, dos piernas y dos brazos. Dos riñones, dos cojones, un solo corazón. Una sola vida. Tú vida, mi vida. La tuya, la mía. Largas y cortas, pero todas insignificantes desde la creación. Una vida es un grano de arena de este planeta. Insignificante. Efímera… A su vez… tenemos momentos eternos. Placeres infinitos y labios de carmín. Tu vida, la mía y como eje la situación creando una trenza de sentimientos, vivencias… amor… odio… recuerdos, momentos. Momentos que aunque pasen los días, semanas, meses… años, aunque cada vez más sólidos ahí estarán.
Llegará el dia que sentado sobre mi ataúd… solo me arrepentiré de los “te quiero” que mi boca no pronunció y mi corazón sí bombeó. De algunos trenes que dejé pasar por vago. De dar más alas al orgullo malo, que al bueno y mas besos que afectos. Sólo me arrepentiré de lo que NO intenté poniendo el alma… de que esas dos pequeñas almas me las perdí crecer. Me arrepentiré de lo no vivido y no de lo que no me dejaron vivir. Lloraré por las fotos que me robaron… que no te pase a ti.
Llegará el día que sentado sobre mi ataúd… el día llegará, pero recuerda, que ahora me tienes aquí.
Comentarios recientes