Hoy me he levantado con mal cuello. Pensé que sería un simple tirón, una contractura indefensa que a medida que pasaran las horas iría a menos. Un mojón de gato para mí.
Después del desayuno he llevado al niño al colegio y también he montado a la perra en el coche con la idea de dar mi paseo matutino por el bosque. ( Antes lo hacía por la tarde pero hace un par de días me apareció un lince en la oscuridad, que no es otra cosa que un gato muy grande y que mata a los ciervos con relativa facilidad. Me acojoné y aunque el intruso era yo, mis intenciones no eran otras que la de disfrutar con de una ruta nocturna ( a las 16:15 ya es de noche aquí en Suecia) mientras paseaba a mi fiel amiga de 4 patas )
Como le iba diciendo, después de dejar al retoño en la escuela, nos fuimos a pasear. El cuello dolía aunque tampoco era algo preocupante. Cogí por la ruta menos sinuosa evitando así forzar el pescuezo. La perra una vez suelta corre, investiga, vuelve y se vuelve a marchar en pequeños sprint. Olisquea, rastrea, investiga y regresa.
Pensé que entrando en calor, el dolor iría a menos pero una piedra en el camino, como dice la canción, me hizo resbalar un poco, no mucho, pero esa pequeña contracción inconsciente, ese reflejo, no ha hecho más que empeorar provocando mi retorno después de unos 45 minutos maravillosos de naturaleza. << ¡Puta piedra! ¡Puto cuello! >> fue lo que exclamé en la soledad del bosque para que los árboles se compadeciesen de este que escribe.
Una vez en el coche, me percaté que a la hora de conducir, me era más complicado que por la mañana. En uno de los cruces sentí que movía más la cintura que el cuello para cerciorarme que no venía nadie y así poder realizar la maniobra. << ¡Puta piedra! ¡Puto cuello!! >>
Una vez en casa, el dolor ya era insoportable. << ¡¡Ahora que me voy para Cádiz y que están entrando olas!! >> Me dije desdichado. << !! Ahora que me encontraba muy bien después de bajar 11 kilos y con una rutina deportiva diaria, abstemio desde hace meses y con la confianza en mi bando!! >>
Crema, paños calientes, ducha y vuelta a empezar. El dolor se iba momentáneamente. Un parche para el agujero de la capa de ozono. Dos puntadas en las esquinas de un siete en una chaqueta. Un caramelo al hambriento y tres hojas de palmera para el sin techo.
Me puse a mirar el Facebook; “15 inmigrantes violan a una chica y acuchillan al novio” “La manada la tuvimos en la sopa porque había uno que era guardia y de estos apenas se dice nada” decía alguien en twiter y lo compartían miles. A continuación “ Una familia china da una paliza a un grupo de musulmanes que querían rollito de una noche en el metro” (Está noticia parecía saber la solución ante los musulmanes, antes que a la acción sobre cualquier desaprensivo) Había otra con video de una aglomeración de gente de Senegal en Fuengirola, celebrando una fiesta que hacen anualmente y que conozco de la época que viví en Malaga, concretamente en Benalmádena. Pero las chicas que grababan el vídeo lo rociaban desde su ignorancia con comentarios como
-¿Pero que pasa? ¿Pero que es lo que piden?
-Están pidiendo casas gratis y más derechos.
Decían en un video extendido por grupos de extrema derecha.
Lo que más me sorprendía de estás noticias eran los comentario de la gente. Gente que son personas y que cada vez veo más y más separadas por bulos y por realidades puntuales. Es muy fácil enfurecerse con según que noticias como dominar a las masas hoy día. Como colofón de tanto borreguismo y resultado de este… “Quemados hasta la muerte entre aplausos por un bulo de whatsapp que les acusaba de robar órganos a niños”
Con cierta desolación comencé a pensar inmerso en un dolor que ya me afectaba incluso al respirar; Quizás me haya hecho inmune a tanta aberración y a tanta reivindicación de sofá. Quizás por eso no hace bastante que cuelgo mis cosas y me limito a leer lo mínimo, llegando a la conclusión final, de que ya no me creo nada ni de unos, ni de otros porque a si algo he aprendido también, es que vivimos en lo que llamo “El muno de los Likes” y estos periódicos como estos grupos radicales (y me importa un carajo sea de donde sean) saben perfectamente como obtener “Clicks” en sus publicaciones, porque viven de la publicidad y al que financia el noticiario le importa poco la noticia, le importa que su producto llegue a un número mayor de personas, sea la noticia que sea. Y si la web está monetizada, a más click, más dinero reciben y no hay nada como una buena cabecera de noticia, aunque luego se desmienta en el interior, ya que también saben que la gente se limita a leer el enunciado… lo demás viene rodado.
Pensando todo esto llamé al amigo que me lleva la web.
- ¿Cuantos libros hemos vendido? He notado de un tiempo para acá, que mis publicaciones en Facebook cada vez llega a menos personas. – Dije ignorante.
- Facebook está usando los algoritmos de manera que finalmente tengas que pagar para que llegues a más personas. Libros solo 36 – Resumió.
Que triste todo… ¿no? ¡Y que miedo! ¡Que control sobre todo! ¡Que manera de controlar a la gente y lo peor… moldear ideales a los del medio!
Hoy me he levantado con mal cuello. Pensé que sería un simple tirón, una contractura indefensa que a medida que pasaran las horas iría a menos. Le terminé echando la culpa a una piedra y lamenté que esto me ocurriera justo antes de irme a Cadiz donde están entrando buenas olas… pero luego pensándolo bien me he puesto a buscar soluciones y la raíz, de mis circunstancias actuales. La piedra ya estaba allí, quizás he sido yo solito al dormir siempre con la puta tele y con una postura que ayer fue escabrosa. El felino lo tenía más fácil hoy pero no apareció. Y ahora me duele más el alma que el cuello.
Y no, no he follado en el bosque… pero es lo que vende.
Yo sí te pido perdón.
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