Hay muchos refranes sueltos y otros amarrados en personas que siempre suelen decir el mismo. Personalmente conozco a una persona que siempre está diciendo; “Arrierito somos y en el caminito nos veremos” Nuca tuve claro si realmente era “Arrierito” ya que nunca supe lo que significa y otra duda era que coño hacía esa persona siempre en el camino esperando al sujeto que recibía tal frase. Por el tono, siempre entendí que lo que quería era partirle el hocico, pero en otro momento determinado… no sé; después de una ducha, envalentonado después de litros de alcohol, quizás peinado… ni idea, lo que tenía claro es que ese no era el momento. Otro refrán, aunque creo que no tan popular y extendido, ya que sólo se lo oí decir a un amigo; “Al pan, pan y a las putas leche” que este si que lo tengo blanco y en botella y significa que cada cosa en su sitio o el sitio que le pertenece. “Cuando el Rio suena, es que se ha comido un trippi” También del colega, sea dicho de paso, nunca lo entendí, posiblemente porque sea una versión chunga de otro más popular.
Pero hay otro que aunque tocando temas religiosos, ese si que me cuadra aunque hay matices, los cuales, me pararía a debatir con usted mismo, que ahora se encuentra leyendo este texto o bien en su ordenador, o bien en su teléfono sin darse cuenta, siendo el segundo que desde aquí puedo verle los senos perfectamente mientras le distraigo con estas triviales lineas filosóficas… si usted es una mujer… pues también.
“Dios los cría y ellos se juntan” Normalmente se utiliza para identificar desde un vehículo un rebaño de Yonkis cruzando las vias del tren camino al poblado chabolista. Perdone mi osadía por tal afirmación, pero es que así lo aprendí yo; en aquellas circunstancias. Un inocente niño que miraba por la ventana de aquel Ford Fiesta gris, que anteriormente fue blanco, pero mi madre lo pintó porque no tenía dinero para uno nuevo, recuerdo cuando llegó y dijo “¡Tenemos coche nuevo! ” aunque recuerdo también que pensé a mi madura edad de 4 años… “¿Y te compras uno igual de feo?” y una vez dentro, aun estaba blanco, lo cual quedaba feo de cojones, pero bueno… es lo que había… aún así le advertí de mi promiscua percata. Fuera como fuere, con el coche blanco por dentro y gris plata por fuera, el refrán dolió, después de mi percepción por el mismo, adhiriendo la interpretación a lo oscuro y negativo de cualquier ser, me lo otorgaron a mi y a mi amigo Saúl… “Dios los cría y ellos se juntan” La primera pregunta era, quien coño era ese tal “Dios” y porque cojones se dedicaba a juntar gente y donde estaban sus bases. Yo y mi amigo éramos uña y carne. Nos gustaba lo mismo… etc etc
Pasaron los años, muchos años y en varias etapas de mi vida, esa frase que quizás fue la que me hizo agnóstico o ateo o yo que sé, porque aun no me aclaro con la diferencia y cuando me la explican las mezclo como un daltónico los colores, y un disléxico cualquier cosa… la frase tomó sentido… perdón… El dicho popular.
No es dios para mí el seleccionador de esos grupos que se forman o bien para toda la vida, o bien esporádicamente. Está claro en una tienda de surf, principalmente encontraras surferos, en un puticlub… puteros y en el Mercadona de Conil en verano ambas cosas mezcladas y muchas otras más. Pero luego, hay esos encuentros “misteriosos” (observa que está entre comillas por si en algún momento mi teoría se cae… es como un seguro de vida para dejar al azar que me juzgues como un gilipollas… pero están las dos, que realmente son 4 comitas, 2 por lado… continuo y disculpes las molestias por tal “terca” aclaración y pongo también 4… da igual, da igual… sigo eh!) ¿Por qué cojones son “Misteriosos” (jajaja) esos encuentros tan especiales, entre dos personas tan diferentes, pero similares a la vez? Ni puta idea… por ahora, porque espero que se me ocurra algo al final del texto. Por lo pronto les contaré que ha ocurrido hoy o ayer, dependiendo de cuando pueda subir estas preciosas lineas a símil de su mirada en ellas… 21:45 28/1/2015
De Famara a Teguisa habrá unos 10 kilómetros aproximadamente. Famara, desde donde escribo, duermo y permaneceré durante los dias que me quedan, es una población de 800 habitantes y por lo tanto no había los servicios que necesitaba yo: cajeros automáticos y como librerías… Aunque si vienes por aquí en algunos comercios, te pasan la tarjeta y te dan en metálico, creo que también hay biblioteca, pero me apetecía llevarme un libro de aquí, teniendo como excusa que las olas se habían quedado dormidas.
Puedes ir en Guagua, que es el autobús de aquí o en autoestop ambos casos lógicamente si no tienes vehículo de alquiler, probablemente porque Goldcar, te haya estafado de la mano de rentalcar.com. Yo he decidido ir en autoestop, ya que me parecía más divertido y también se conoce gente. Automáticamente, un coche con dos chicos de nacionalidad guiri, me han llevado a mi destino. Por el camino las lógicas preguntas. “Are you in holidays here?” “are you surfing?” “where are you sleeping?” “Would you like make me a blowjob in the trip or bukake?” Cosas normales que si solo te suena la última frase, consumes bastante porno.
Si después has ido a intentar traducir la última frase, también tienes la mente sucia, pero no te preocupes, muchas personas que leen este blog la tienen… ya sabes… “Dios los cría y ellos se juntan”
Llegamos a Teguise y tras un frustrado intento de llegar a tiempo a la librería, la cual abría dos horas más tarde y el mismo sentimiento al intentar sacar dinero, ya que el chino que hablia dentro del aparato no supo leer mi tarjeta… decidí dar un paseo y perderme un poco por las calles tan pintoresco pueblos a los ojos de este forastero. Calles adoquinadas haciendo de mantón bajo aquellas blancas casitas. Me recordó a ciertas partes de Conil o cualquier pueblo blanco gaditano debido también, a ese baño de luz, cuyo reflejo ciega a los viandantes. También ese sin fin de tiendas de tiendas de… (joder llevó dos minutos rebuscando por los rincones de mi cerebro la palabra exacta… ¡YA!) “subvenir” ¿Se escribe así? Bueno, lo diré de otro modo… Tiendas de vender dedales, imanes, mecheros y mil tiestos más portátiles y no, para que le lleves a tu suegra, cuñada o primo, los cuales sonreirán en tu presencia cuando se los des y torcerán el gesto cuando se giren, mientras miran lo que le has traído tan pequeño y miserable, con la excusa de que llevabas la maleta “petá”. Lo que también me di cuenta de la proliferación de tiendas “Bio” o “Naturalistas” Herbolarios… a cual movimiento Hippie de los años 60, con la excusa de meterte 3 Euros por dos peras y una manzana dandole más valor e importancia al cartel de la puerta que pone “Bio” o “Ecológico” que a la propia manzana o pera en si.
Pero de repente y por sorpresa me encontré a una tienda que me llamó la atención sobre las demás. En la puerta mis dos pasiones. Surf y Motos. Las tablas esperaban rectas y pacientes a que algún foráneo las alquilaras, sacando pecho como militares en guardia. Y también había una moto, pero era una moto especial. Directamente, me percaté sin ser esta objeción un alarde de inteligencia, que estaba hecha a mano. Era una bicicleta, la cual había sufrido una transformación, que como he dicho antes, no había que ser inteligente para dicha apreciación, y es que un motor en medio de la misma y un pequeño tanque cogido con bridas metálicas en la barra central… cantaba demasiado. Me pareció preciosa la imagen y la energía que salía del interior de aquella tienda me abrazó con ternura, despertando en mi la curiosidad, pero tengo una teoría que dice, si no tienes pensado comprar nada… no entres. Da igual la excusa… no entres, así ahorraras y no darás por culo a la persona que trabaje dentro, con esa tensión absurda o que personalmente percibo cuando en la tienda solo está el dependiente y tú.
Pero… un tipo larguilucho, mayor que no viejo, y cabello semilargo y distraído como los del difunto Joaquin Luqui de los cuarenta principales, de picudos hombros y gafas, quizás ochenteras sobre una sonrisa sin intermitencia, las cuales graduaban unos ojos azules que miraban un acento francés… me facilitó el gesto para saciar mi curiosidad.
Le expliqué que estaba haciendo tiempo hasta que abrieran la librería. << aquí puedes estar mientras, si quieres >> El acento francés, que nunca me conquistó, e incluso todo lo contrario, en este caso y quizás por su dueño, me pareció simpático aunque nunca supe realmente de donde provenía Philips, que así se llama el tipo, pero lo que tenía claro es que de Cadiz no es.
Hablamos de surf, de motos, de la moto mejor dicho, concretamente la de la puerta y de como la había hecho su amigo, teniendo esta dos tanques, el interior de la propia bici y pudiendo añadir el tanque extra con las nombradas bridas. Lo hacía otro llegado de tierras lejanas y que se había instalado en el pueblo. Hablamos de viajes. Hablamos de una caracola que vendía allí y me llamó la atención. Era una caracola de plástico, la cual servía para llamar a los delfines y ballenas. Me aseguró que funcionaba a la perfección. Que del dueño se rieron al principio… pero que el gesto burlón se transformó al de asombro. Sin darme cuenta y quizás sin querer extenderme más, ya que podría estar aquí escribiéndole y describiéndole cada uno de los rincones de aquella tienda llena de ropa comercial, como en todas las tiendas, de las camisetas que el mismo pintaba, de las tablas de surf que varias épocas que por allí lucía y mil cosas más… pero te invito que vayas y lo veas cuando puedas.
La sorpresa del encuentro, fue cuando le pregunté, como había terminado allí aquel tipo, el cual deduje que ya era abuelo, y con ello padre de una hija, que tras un reciente percance sin más importancia que el económico, también había un joven dentro de aquella coraza que el tiempo la había dado arrugado aunque sin tanta maldad. Un tipo, quizás, que fue en su juventud adelantado a su tiempo, creando sueños y sabiendo lo que la juventud quería, a sus 22 años montó una marca que muchos del mundo del surf conocemos. “Cannabeach” Un juego de palabras pícaro y políticamente incorrecto que le hizo ganar una fortuna, la cual podría haber sido mucho mayor, a no ser que decidiese vender su parte a su socio, para ganar en salud. Le llamaron loco por tal gesto que podemos ver de valentía cuando realmente es lo natural, ya que no nacemos con un billete bajo el brazo, pero si llenos de salud y con ese instinto de supervivencia.
Tenía delante de mi, a un tipo, que muchos llamaron loco por aquella operación basando la felicidad en el dinero y que ahora lo harían por esos pelos y por llevar un calcetín de cada color, siendo también lo básico… que cumplan su función y no el agradecer la vista de cualquier viandante que se cruce con él o como el mismo dice con una sonrisa en su rostro, con una simple pregunta que resume una genialidad… <<¿por qué?>> curioso también, la pregunta que hacen todos los niños.
Como con Dave, aquel amigo Canadiense, mayor que yo… me pude ver en un futuro. Como dos prendas de diferente tela pero similar corte, las aficiones quizás eran distintas, pero el resultado el mismo. El abuelo “loco” siendo este calificativo la virtud de ver el mundo de un modo diferente, y en este último caso, aunque lo desconozco, separado, y con unos nietos que seguro que lo adoran y les dan lo que sus hijos como niños no le dieron influenciados por una madre que solo vieron en el una fuente de ingreso en vez de una figura paterna… y quizás eso no le haya pasado Philips, pero se que me está pasando a mí… pero “Tiempo al tiempo” “Arrieritos somos y en el caminito nos veremos” ya que “Dios los cría y ellos se juntan”
A esos dos hijos que amo, a esos nietos que espero me amen.
Comentarios recientes